Las habitaciones diseñadas en el estilo escandinavo tal como la reconocemos hoy tienden a presumir de paredes blancas para enfatizar la luz, una paleta de colores neutros y pesados con toques de color, texturas naturales como madera y piedra. Cortinas y alfombras rústicos, y simples diseños sin complicaciones que enfatizan una estética elegantemente minimalista.